El inglés: El gran olvidado para atraer inversiones y crear empleo en Chile

Por Pablo Rossel Estay, CEO de CGS LATAM

Hoy Chile tiene en sus manos una gran posibilidad para transformar su economía y reducir el desempleo: que los chilenos dominen un segundo idioma, especialmente, el inglés. En este contexto, la discusión sobre el desempleo en el país debe cambiar. No es suficiente centrarse en las políticas macroeconómicas; necesitamos programas estructurales, que impacten nuestra oferta laboral. Por ejemplo, la capacitación en inglés que permita a nuestros ciudadanos acceder a empleos globales bien remunerados. El inglés no es un lujo, es una necesidad competitiva. Si invertimos en formar una fuerza laboral bilingüe, el país no solo mejorará su tasa de empleo, sino que incrementará cuantitativamente la calidad de los mismos, mejorando la calidad de vida de miles de jóvenes en Chile.

Es hora de que el Estado tome medidas concretas, como aumentar las horas de inglés en el currículo escolar e implementar programas de capacitación para estudiantes, profesionales y emprendedores, que quieran dar un salto significativo en sus carreras o incluso programas para adultos mayores, aumentando las alternativas laborales para todos los segmentos de la población.

Debido a la pandemia se reconfiguraron los mercados laborales. Grandes empresas de Estados Unidos comenzaron a buscar mano de obra calificada en otros países, lo que llevó a naciones como Colombia a registrar un aumento de más de cien mil empleos en dos años, solo por tener una población bilingüe. Pero ese éxito tuvo su costo: el mercado colombiano se saturó y la competencia por los salarios ha encarecido los servicios. Es aquí donde Chile puede aprovechar su estabilidad económica y política para convertirse en un actor competitivo.

Nuestro país tiene todas las condiciones para atraer grandes inversiones de empresas multinacionales que buscan relocalizar sus servicios offshore. Contamos con infraestructura tecnológica avanzada, instituciones estables y una economía controlada. Sin embargo, carecemos de una fuerza laboral bilingüe para aprovechar estas oportunidades.

El inglés es una herramienta que puede multiplicar nuestras fuentes de empleo. Actualmente, el salario promedio por hora en un servicio de atención al cliente en Estados Unidos oscila entre 30 y 40 dólares. Con la mitad de esa cifra, Chile podría pagar hasta el doble del sueldo mínimo a trabajadores que hablen inglés, sin perder competitividad frente a mercados más baratos como Colombia, Panamá o México, que hoy prestan servicios offshore al mercado norteamericano.

Pero, ¿por qué no estamos viendo un auge de este tipo de empleos en nuestro país? Simplemente, porque no tenemos suficientes trabajadores capacitados en inglés para satisfacer la demanda. Solo este año, han pasado por CGS Chile más de cuatro mil puestos de trabajo en inglés que no hemos podido ocupar. Empresas como T-Mobile, Meta, Google, Microsoft, Verizon, Apple, Lenovo, PNC Bank, Bank of América, se han mostrado interesadas en traer sus operaciones al país, pero han tenido que desistir por la escasez de personal calificado.

¿Cuántas otras oportunidades en crecimiento seguiremos perdiendo por falta de dominio del inglés? Cómo dijo alguna vez Gabriela Mistral: “El futuro de los niños siempre es hoy. Mañana será tarde”.

Opinión

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